–Ya viene el vendaval.
–Ya viene.
Y allá viene el viento con su ímpetu encrespado por las calles secas.
Miro cómo se forma ese torbellino polvoriento del que todos huyen; pero es tan lindo que no dejo de mirarlo.
A cada paso más bravo, en su soplo arrastra ya racimos de colores enlazados que dan vueltas.
Y más vueltas.
Remolino aventosado.
Vueltas.
Ya está aquí.
Recibo la ventisca en mi cabello y en mi piernas.
Todavía de pie, lo miro, bocanada que aprieta esta mi cara y me levanta.
Allá voy yo en las vueltas.
Allá voy.
En las vueltas.
Remolino aventosado, ulula el aire.
Vestido amarillo, el viento.
Mi cabello.
Xitlally Rivero
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