I
Te he rayado
Lo juro
No se cuantas veces te he rayado
Dios
Sécate en mis ojos
Todo el sudor de tu extranjería
Expón tu herida al sol
Lávate con sal
Toda esa suciedad que te crema.
Corro
Acudo a ti
Caminando todas las horas
Que tiene los días
Y en un esfuerzo supremo
Solo has podido llegar
A mis rodillas.
Se de la debilidad
Los cadáveres me la han comunicado
Es un pensar cansino
Eso de estarse acomodando
Y desacomodándose
De todas estas partes
De las que estamos constituidos.
II
No vuelvas a mencionarte
Ni en mi boca
O en la de otro.
No nos busquemos.
Un río de sirenas hechizadas
Con su propio canto
Se pasea los domingos.
Dios
Estas desmantelando al mundo
Detén tu mudanza
Avísanos con tiempo de tus planes
Para darnos tiempo
Y pactar con otro.
III
Tu sombra dura
Nos ha estado aplastando
No corrige
Solos y entercados
Nos vamos quedando
Con el grito en las narices.
Una pila de cadáveres
se me ha quedado a vivir
Dentro del orgasmo.
Ya no se que hacer con tantos
Que quedan desamparándose
Unos de otros.
Tienen frío
Sed y hambre
Buscan tierra que comer
Un terrón donde cobijarse
Gusanos para saciar su sed.
Quisiera tener un corazón grande
Como un tumor
Para guarecerlos de la tarde.
IV
No busco sirenas para terminar con esto
Ni Odiseos
Para que logren escuchar su canto
Es irte maldiciendo
En bajada y en subida
Cuantos gramos de odio hay en esto
Cuantos malvaviscos me tuve
que tragar esta mañana
Para retirar el acido que dejan
Los muertos en la boca del ayer.
Y así amanezco
Con toda esa lujuria de una jauría
De perros
Un frenesí de ojivas
El lamento de una madre que no para
Y las horas se extinguen
Antes que su llanto.
V
Todo acá abajo
Es humo de quejido
un caos
Que tienes que venir a componer.
Por dos mil años
Te he perseguido
Sin hacer un mínimo de caso
Guerras
Suicidios
Niños comiendo vidrios
Lo tienes que componer.
Gente hablando de ti
En tu nombre
Gente santiguándose
Con los bolsillo repletos de billetes
Tu gente – tu propia gente –
Comiendo infantes
Lo tienes que componer
Todo es casi
Ya basura.
Ábrete Padre un ojo
Ve en tu somnolencia
Como quien ve a través de un sueño
Esta pesadilla.
Neftalí González Salinas