Archive for the ‘Xitlally Rivero Romero’ Category

Los desaparecidos

June 22, 2012

Eran muchos rostros incrustadados,

y era un olor cenizo y agrietante.

Yo me senté en medio:

Una mujer callosa, labios rotos.

Un hombre, sus esposas y el custodio.

Eran muchos rostros incrustados.

Yo no recuerdo ninguno.

Los miré uno a uno.

Uno a uno.

Pero el olor era cenizo y agrietante.

Y ya no recuerdo ninguno.

Xitlally Rivero Romero 

Tantos años de mirarnos el uno frente al otro

June 22, 2012

Tantos años de mirarnos el uno frente al otro

De medir la distancia entre los ojos.

De medir la distancia entre las manos.

De sabernos distintos.

De querernos distintos.

De mirarnos las pecas y las manchas del rostro.

De oler, hasta el cansancio,

dulce, agridulce, el uno,

sal y corteza, el otro.

Tantos años de hablar lenguas extrañas,

Tanta insistencia,

Tanta.

Tanto darnos la espalda.

Siempre distintos, agazapados, tirantes.

Xitlally Rivero 

Ya no miré más tu cara ni tu rostro

June 22, 2012

Ya no miré más tu cara ni tu rostro.

No quise verlo.

Eran demasiadas líneas oscuras,

demasiados océanos,

demasiados hilachos.

Y no quise.

No quise.

*

Se me cruzó la rama en la garganta.

No alcancé a mirar que ya estabas en la cama

agigantada.

Me avisaron entonces.

Pero había mucho sol y mucho espacio y yo no quise.

*

No quise ir a verte, amigo.

No hay banderas ni escondrijos.

Y he aquí la vieja idea del árbol que se asoma a verme.

Y he aquí otra vez eso de que el viento y que las hojas.

Pero yo no quise ir a verte, amigo.

No quise.

Se acabaron los días.

Se t(m)e acabaron los días.

Y no quise.

Xitlally Rivero

El vendaval

June 22, 2012

–Ya viene el vendaval.

–Ya viene.

Y allá viene el viento con su ímpetu encrespado por las calles secas.

Miro cómo se forma ese torbellino polvoriento del que todos huyen; pero es tan lindo que no dejo de mirarlo.

A cada paso más bravo, en su soplo arrastra ya racimos de colores enlazados que dan vueltas.

Y más vueltas.

Remolino aventosado.

Vueltas.

Ya está aquí.

Recibo la ventisca en mi cabello y en mi piernas.

Todavía de pie, lo miro, bocanada que aprieta esta mi cara y me levanta.

Allá voy yo en las vueltas.

Allá voy.

En las vueltas.

Remolino aventosado, ulula el aire.

Vestido amarillo, el viento.

Mi cabello.

Xitlally Rivero