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Palabras en el tiempo

June 22, 2012

La inmensidad los embriagaba  con sus finos danzares, mientras la eternidad transcurría lentamente, mostrándose misteriosa ante los presentes. Las miradas se encuentran, después de un breve momento de vagar. Y trataron de huir para ocultarse y evitar así mostrar su desnudes.

¿El tiempo siempre va tan lento? Vuela la pregunta al aire, ansiosa de ser respondida. El tiempo siempre es lento y lento seguirá. Disfrutando los errores mundanos repetidos tantas veces. Errores tan simplistas y comunes, que se pierden en el olvido; para volver a repetirse tantas veces.

Recuerdan la primera vez que se encontraron frente a frete. Con mirada de niños rodeadas de ilusiones pasajeras, tan efímeras como el viento que soplaba por momentos, como ocultándose de algo o alguien. Tanto tiempo había pasado ya, pero que poco tiempo habían vivido. Todo parecía igual: la misma ciudad, el mismo entorno y el mismo clima. Realmente el tiempo transcurría demasiado lento.

Hablar de sus vivencias y recuerdos de la infancia se llevaba la tarde. Ya no se escuchaban aquellos viejos sueños, ígneos sueños que se desvanecieron con la realidad. Ahora sólo se escuchaban las mismas historias aburridas, repetidas tantas veces.

-¿Aún sigues con él? –Pregunto por fin una de las voces-. Seguido a esto se sintió un momento de incomodidad entre la pareja. El Silencio seguía apoderado de la situación y los ánimos de la ansiada respuesta mermaban en el interrogador.

La misma pregunta se había repetido en numerosas ocasiones, hasta llegar a perder la sensación de tiempo y espacio. ¿Sería de nuevo las épocas de la secundaría?  O ¿sería aquella primera vez de la preparatoria? Tan distantes y tan iguales, con en la primera se entrego la inocencia por parte de ambos, y en la segunda tan sólo se entrego el cuerpo.

Mas preguntas formuladas en las cabezas de ambos con deseos de salir por medio de los labios que tantas beses estuvieron unidos. Y ahora todas esas interrogantes se quedarían guardadas por un tiempo incierto, tiempo que corre tan lento.

-No, tengo ya un tiempo que no –por fin contestaba la pequeña boquita que había guardado la respuesta por un tiempo considerable-.

Ahora la respuesta al aire, respuesta que daba más preguntas que soluciones. Respuesta que era de gran alivio para ambos.

Cierto, el tiempo pasa demasiado lento; pero no lo suficiente. Seguimos avivando los recuerdos del pasado. Seguimos sin mirar hacia adelante, ya que no tenemos un pasado, porque lo hemos convertido en presente.

-¿Te gustaría… otra vez…? -Titubeo entre dientes y con voz quebrada-. Ahí estaban las palabras que ambos escucharon durante gran parte de su vida, y no se habían cansado de escuchar.

El tiempo pasa demasiado lento, o no entendemos. ¿Qué más da entender? Si todo esto se volverá a repetir.

Alberto Ramos