Archive for the ‘Gloria Martínez Castillo’ Category

Aquel Sabinas del ayer

June 22, 2012

A Sabinas Hidalgo, Nuevo León

Sabinas, deja que te cante querido pueblo mío

remontando la memoria

a mejores tiempos que se han ido.

Recuerdo la huella de tus glorias

cuando la industria del vestido

a nivel nacional hacía historia.

Con un gran sector masculino

buscando derroteros en Estados Unidos,

la pequeña industria de empresarios

de mil hogares era fuente de sustento.

Inclinadas en las máquinas, cantando,

tus mujeres laboriosas creaban con esmero

prendas de ropa, criaban hijos y velaban

por sus padres mientras esperaban

ansiosas al ausente compañero.

Por lado materno vagamente recuerdo

con blanca barba al apuesto bisabuelo

de tez rosada y ojos azul cielo,

que mi mente infantil emparentaba

con el mismo San José que la abuela veneraba.

Eran días de calma y no violencia,

de puertas abiertas en noches veraniegas.

Me encanta recordar aquella era

de una vida simple y sana, casi campirana

cuyo tráfico en las calles fuera

de coches de caballos y carretas.

Viene a la memoria aquellos sitios

que atesoro en el recuerdo con cariño;

tu templo San José donde me dieran,

a muy temprana edad -cinco años apenas-

Primera Comunión y enseñanza espiritual

por religiosas del colegio La Paz.

Tu Ojo de Agua prístino, sencillo

remanso de paz sin bullicio

que daba frescura al ambiente

en tus veranos candentes,

y en el Barrio del Aguacate tu Acequia de Vecinos

fluyendo siempre en murmullo cantarino

regaba huertas y arboledas en forma intermitente.

Tus innumerables huertas de aguacate

fruto de oro verde que en tortilla de harina

-ambos orgullosamente de Sabinas-

hacían de pobre y rico las delicias.

Vendedores ambulantes con sus viandas

haciendo pregones de sus gritos.

Barbacoa de cabeza en la mañana,

al mediodía de puerco chicharrones

y a media tarde de nuevo los pregones

anunciando recién salido y calientito

Empanadas y pan de huevo ¡Exquisito!

Y a la cena para rematar la lista

el sabroso menudo de “La Chispa”.

Los habitantes dedicados a sus labores

carpinteros, comerciantes, ganaderos,

siendo también de docentes semillero

de maestros sabios, y sabios mentores :

Prof. Panchito y Margarito; los Solís, Cervantes

Guadiana, Mascareñas, Morton y tantos

largo de nombrar que fueron de los mejores.

Raro era ver un vago pues los jóvenes

estaban dedicados al estudio y los deportes.

Frente a la iglesia la sombreada plaza

muda testigo de romances incipientes

con su ronda de muchachas por un lado,

y los varones por el otro hasta atreverse

a acompañar la chica que les había gustado.

Evoco con nostalgia aquellas noches claras,

bañados los balcones enrejados

por una luna llena y desvelada

con las dulces notas de una serenata.

Eran tiempos de integridad ante palabra dada,

los hombres, muy hombres eran ante todo caballeros

y la mujer aunque franca, pero siempre dama.

Si en ti he dejado el corazón,

un día he de volver para quedarme

en la cara aldea del querido profesor

para que cuando me llame el Hacedor

mis restos en ti descansen.

¡Oh dulce pueblo mío! Aquí cierro mi canto

pues nunca acabaría de decirte mi sentir,

y citando el lema que a tu entrada ostentas,

quiera Dios que la nueva gente de tu tierra

sepa honrar tu noble pasado

y contribuya a tu fecundo porvenir.                           |                         -_-

Gloria Martínez Castillo

Houston;  Otoño de 2009

Verano en Alaska

June 22, 2012

Viene a la mente remoto lugar

que tiene una albura de luz

donde el cielo tiene un tono astral

casi “lechoso” y hasta el sol

emite un pálido brillo de raro fulgor.

Las horas allí parecieran instantes

con una difusa blancura que opaca al sol

por las montañas de hielo de gran resplandor,

pues son imponentes esas masas flotantes

y se siente más cerca la Obra de Dios.

Sus mares de azur recreo de ballenas,

sus bosques de abetos, pinos y abedules

poblados de antes, osos y alces;

y surcando los aires de rara belleza,

el águila calva vigila los lagos azules.

Tierra donde la aurora glacial hace derroche

de colores de feria en la noche boreal,

y hasta el sol se desvela hasta medianoche

claro y brillante sin prisa en apagar

robando horas a las estrellas que no pueden brillar.

Tierra de contrastes pues en medio de estas

regiones glaciares, por el Yukón existe ¡un desierto

como en el Oeste, con flora de cactos y arenas!

Alaska la bella, de maderas y yacimientos,

glaciares, lagos y cascadas, ¡un día he de volver!

Gloria Martínez Castillo

Vallarta

June 22, 2012

Vallarta precioso, tu sol mañanero

se asoma impaciente tras los verdes cerros,

rasgando las nubes sus rayos dorados

le dan al paisaje ambiente de estreno

cual provincianita con vestido nuevo.

La mañana invita

a caminar por la playa tranquila

hundiendo mis pies en su lecho de arenas

y ante tanta belleza mi pecho suspira

al sentir mi frente caricia serena

y mi piel envuelta por brisa marina.

Hermoso Vallarta del medio día

cuando el sol con candente resabio

las olas al vuelo va matizando;

a veces, como oropeles de estaño

y otras, de un verde esmeralda

cual gema pulida que deslumbra y brilla.

Por la media tarde no puede faltar

nubarrones gigantes de color acero

que con breve y copioso aguacero

tus jardines vienen a regar.

Vallarta son de ensueño tus atardeceres

bañados con luz de un oro bruñido

cuando el sol se pone poquito a poquito

y se pierde en tus aguas por el infinito

dejando en el aire aroma de flores

y la fiel promesa de volver tempranito.

Y tus noches de luna colmadas de estrellas

le dan a tus olas cargadas de espuma

el lustre perene de plata Taxqueña.

¿Qu・ más puedo pedir? Cocuyos, palmeras,

el cielo, la luna, el mar y la arena.

He de volver a tu Bahía de Banderas

de doble belleza pues son dos en una:

Vallarta, Jalisco; sencillo, colonial y tranquilo.

Y el nuevo Vallarta, tu alma gemela

suntuosa, serena y bonita

¡Asi es la nueva Rivera Nayarita!

Gloria Martínez Castillo

Callejuela de mi barrio

June 22, 2012

Como recuerdo con todo detalle

de mi barrio aquella calle

por entonces del Centro callejón

en otra era llamado “La Calle de la Estación”

Pero calle Allende siempre fue para mí,

la alegre cuadra en que yo crecí.

Se ubica donde nace el querido callejón

largo y sinuoso como socavón

que de la acera norte la vista

sólo alcanza hasta la esquina

de Lerdo la intersección.

Mas de la acera sur, tres cuadras es la extensión

que se divisa a calle traviesa

teniendo de fondo el Pico de Minas Viejas.

Aunque abarcar la calle sea limitado

a la vista por su trazo serpenteado

corto no es, pues alcanza su extensión

de Porfirio Díaz hasta la puerta del Panteón,

distancia considerable pues sus cuadras

como antiguas son bastante largas

por ser la segunda que asentaron

cuando el Real de Santiago fundaron.

Sector tranquilo y ruidoso a la par

que por su cercanía a la plaza principal,

iglesia, salones, cines y demás

siempre música y bullicio había

y en las noches me arrullaba tal algarabía,

y de mañanita despertaba sin haber salido el sol

al tañer de las campanas que llamaban a oración.

Centro Histórico mi barrio que comparte

mi recuerdo también con el colindante

y señorial barrio del “Aguacate”.

Recuerdo cuando era niña jugábamos sin parar

en la cuadra sombreada por gigantesco nogal,

y la acequia de vecinos junto al río

donde nace la Allende, a la cuadra del caserío.

Hoy en día el progreso y la modernidad

han cambiado aquella rumorosa tranquilidad,

pero gracias a un gobierno sensato en su autoridad

rescató tu provinciana fachada colonial.

Es así que puedo repetir el verso que mi alma evoca:

Barrio confesor de mis congojas,

  en fiesta interminable te me antojas

Gloria Martínez Castillo

Oda a Sabinas Hidalgo N.L. (Tierra de Dios)

June 22, 2012

Del santo apóstol nombre te dieron

y del Sabino de gran altura,

ahora te llamas como el buen cura

pero el nombre del árbol aun perdura.

Fuiste fundado cual mineral

por paladines de aquel ayer

tu rico suelo les dio bonanza:

plomo, oro, y plata de buena ley.

Al agotarse por suerte ingrata

las ricas vetas de mineral

aquellos nobles de buena estampa

sin doblegarse a la adversidad,

a cultivar tu suelo se dispusieron

y de agrestes montes y áridas rocas

en fértil campo te convirtieron.

Límpido oasis tu manantial

vergel nacido de un breñal.

Tres siglos de esfuerzo y lucha

no han acabado con el tesón

de estos tus hijos, de aquellos hijos

de aquellos hombres de gran valor.

De real de minas, a villa, pueblo,

ciudad y centro de nueva industria,

tus hombres todos de gran arraigo

nunca te olvidan aunque estén lejos.

Y tus mujeres de gran donaire

sin saberse invencibles con todo empeño

en un emporio de alta costura

por propio esfuerzo te convirtieron.

¡Ay Sabinas querido!

Si de un pasado de alma de piedra

lograste un presente de mil empresas,

en ti percibo un futuro excelso

de buen augurio y gratas sorpresas.

Hoy que estoy lejos

te brindo mis pobres versos

para desearte remansos de paz y ensueño,

noches de luna y días de éxito.

Lluvia en tus campos para que vuelvan

tus aguacates, nogales y limoneros

y golondrinas en tus aleros.

Que Dios te guarde mi tierra amada

y que tu sombra ¡nunca sea menos!

Gloria Martínez Castillo