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Historia de Emma Herlinda Garza Ríos

June 22, 2012

 

Recuerdos e Historia
de

Emma Hermelinda Garza Ríos

Emma Montemayor

Monterrey, N.L. Mayo del 2012

 

Dedico esta obra a la memoria de mi amada madre
Emma Hermelinda Garza Ríos

En ella transcribo, todo lo que vivió durante su largo camino en la vida, ese camino que la llevó a tener dificultades, pero que sin embargo con ese carácter que tenía de ser
tan extrovertida, le ayudaron a encausarlas y pudo salir adelante, consiguiendo muchos sueños; mismos que disfrutó al lado de su familia.

Emma  Montemayor
Autora

 

 

 

 

C

omienza esta historia  en el mes de Agosto del año de 1932, cuando había llegado del vecino País de los Estados Unidos de Norteamérica, el señor  Don Jesús Tomás Garza Leal  junto con su familia para residir de nueva cuenta en su pueblo natal, pues en el año de 1924  decidió emprender la aventura de mejorar su vida al lado de su esposa y sus dos pequeños hijos, yendo a radicar a  los pueblos de Mission, Weslaco, Harlingen y San Benito en el Valle de Texas.

Don Jesús, junto a su esposa la señora Ofelia Ríos González y sus dos hijos Edmundo y Elmira, comenzaron a vivir en el Valle de Texas, poniendo algunos negocios como venta de ropa, un restaurant, así como otras cosas.

Su anhelo de emprender los negocios como buen comerciante que era, le ayudaron a
vivir mas cómodamente y a después adquirir propiedades en este Valle, teniendo éstas,  en los pueblos de Weslaco y Harlingen.

Durante los siguientes años, Don Jesús y Ofelia tuvieron otros hijos en el vecino País,
siendo las niñas: Ma. Elva nacida en 1925 en la ciudad de  Mission y  Esthela nacida en
1929 en  Weslaco, así como otros niños que  lamentablemente murieron pequeños.
A comienzos del año de 1927,  Don Jesús había adquirido una propiedad en Harlingen; dicha propiedad era un edificio que reconstruyó él mismo para poner un negocio  y este
se encontraba por la calle Harrison y “C” Street.

Mientras atendía este negocio, comenzó a radicar en la ciudad de Weslaco, donde para
el año de 1929 nació otra de sus hijas tal como se comentó en el párrafo anterior,  y en en el año de 1930 abrió otro negocio en esta ciudad como venta de ropa y abarrotes, negocio que era próspero.

Ciudad de Weslaco en el Valle de Texas en los años 30s ( 1930 )

Don Jesús Tomás Garza Leal y familia en E.U.A. en el año de 1924

Pero para ese mismo año, ya se presentaba el período de recesión en el país america
no, existía una gran crisis económica y muchos negocios se iban a la quiebra.
Don Jesús y su esposa se daban cuenta de que la situación estaba mal en cuanto a los negocios, no había entrada de dinero, comenzaron a tener deudas por los altos impues-
tos,  y todo esto estaba ocasionando que fuera perdiendo las propiedades que ya había adquirido.
Se comenzó a preocupar por el bienestar de sus pequeños hijos, pues no había dinero para mantenerlos, además de que Doña Ofelia, estaba esperando la llegada de un nue- vo hijo; ante tal situación, él y su esposa decidieron  que tenían que regresar a su entra- ñable pueblo, como lo era Cadereyta  y comenzar así de nueva cuenta.

Edificio en Harlingen, Tex. fue adquirido por Don Jesús T. Garza en el año de 1927

Placa en la banqueta por fuera del Edificio en la Calle Harrison y “C” en Harlingen, Tex.

Habiendo llegado el mes de Agosto de 1932, deciden dejar el pueblo de Weslaco en el Valle de Texas, y llegan a la ciudad de Cadereyta  trayendo consigo un tráiler con el me-  naje y un carro de la época, pues todo lo demás se había perdido.

Se instalaron en ese mismo mes en una casa que rentaron, siendo una vieja casona de
dos pisos que estaba en contra esquina de la Plaza principal llamada Hidalgo; se cuen- ta que esta casa había sido antiguamente propiedad de la familia Leal, quienes también
eran parientes de Don Jesús.
Los días iban transcurriendo y se estaba llegando la fecha de la llegada del nuevo hijo
a la familia Garza Ríos.

A la una de la mañana del día 29 de Agosto de 1932,  Don Jesús recibía  la noticia de  que su esposa Doña Ofelia Ríos traía al nuevo mundo a una linda niña, que pesaría casi
los cuatro kilos, y a la que bautizaron con el nombre de Emma Hermelinda.
Fue registrada el día 19 de Septiembre de 1932 en la ciudad de  Cadereyta, Jiménez,
Nuevo León, según consta en el Acta#196.
Después fue bautizada el día  28 de Enero de 1933 en la Iglesia de San Juan Bautista de Cadereyta  según consta en la partida #42, siendo sus padrinos Don Juan y Emma Ríos González, quienes eran hermanos de su madre.

 

Casa donde nació Emma Hermelinda el 29 de  Agosto de 1932

 

 

 

 

Emma Ríos González

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Juan Pablo Ríos González

 

 

 

 

 

 

Emma comenzaba una nueva vida al lado de sus padres y sus hermanos que en ese entonces eran Edmundo, Elmira, Ma. Elva y Esthela.
Sus primeros años de vida fueron difíciles, dado a que sus padres no se encontraban muy bien económicamente, por todo lo que habían pasado en los Estados Unidos, tal como se comentó anteriormente.

En la vieja casona donde nació, vivió mas de dos años, luego la familia se mudó a la ciudad de Monterrey en una casa ubicada en una esquina por la calle de Arramberri, esto sería entre el año de 1935 y 1936; en este lugar  su padre tenía un negocio, había comprado una máquina para moler caña; así  mismo en esta casa  ella había contraído la viruela.

Cuando contaba con la edad de cinco años, su familia estaba de nuevo en Cadereyta,
ahora vivían por la Calle Juárez hacia el poniente en una propiedad que era de su abue- lo materno Don  Santos Ríos Nickels; su padre compró esta casa y en este mismo lugar, estableció una pequeña gasolinera.
En frente a esta propiedad, vivía en una pequeña y sencilla vivienda su tía abuela, quien era hermana de su abuela materna Doña Julia González de Ríos.
Su tía se llamaba Amada, y algunas veces invitaba a Emma para quedarse a vivir  por algún tiempo con ella, pues era viuda y no tenía hijos, por lo que le gustaba  cuidar a los   niños y en especial a Emma; Doña Amada, algunas veces también hospedó a otros de
sus sobrinos,  pues cada vez que Doña Ofelia iba a dar a luz, ella ayudaba al cuidado  de los niños, mientras se atendía al nuevo miembro de la familia.

Emma Hermelinda a la edad de 5 años

Durante su corta estancia en casa de su tía abuela, fue inscrita en un pequeño Kinder al que le llamaban “ Sonajas”, teniendo como maestra a la señorita  María Garza Cano, a la que apodaban  ( la Pichorra ); allí compartió sus primeros juegos con  sus amiguitos y compañeros.
Recuerda ella, que su tía en las tardes la llevaba a pasear a una Plazuela  que estaba por la calle Zaragoza en su mismo pueblo.
Por las noches después de cenar se tomaban juntas, té de hojas de aguacate, así como le enseñaba a rezar antes de irse a dormir.
También algunas veces la cuidaba su tía María Garza, quien era hermana de su padre, ella vivía también por la Calle Juárez.

En los siguientes años entró a la escuela de niñas “ Bénito Juárez”  en Cadereyta, la  cual se encontraba por la Calle Emiliano Zapata; aquí cursó la primaria hasta el quinto grado, siendo una de sus mejores maestras llamada Angelita.

En ese tiempo de aprendizaje escolar, recuerda claramente que había un concurso de
pintura dentro del plantel; Emma cursaba el 4º. grado de primaria, esto sería allá por el año de 1941.
Se había inscrito en el concurso, y realizó un cuadro de un paisaje enmarcado en pas-
portu, siendo  exhibido en la exposición, pero al calificar los trabajos, se dio cuenta de que su paisaje no había quedado en primer lugar, por lo que tomó su cuadro y delante  de la maestra lo rompió muy decepcionada, pues consideraba que era un trabajo muy   bien hecho, ya que se había esmerado en hacerlo como se debía, aun cuando sus pa-dres con gran esfuerzo  le compraron el material para hacerlo.
La maestra Angelita, desconcertada por el proceder de Emma, le comenta que su traba- jo también estaba muy bonito, pero que ella no decidía dar  la calificación sino el señor Inspector; inmediatamente Emma le contesta que si su trabajo no había tenido ningún lugar, no tenía porqué seguir exhibiéndose.
Fue entonces que ya desde pequeña mostraba su carácter fuerte y en manifestar lo que  no le parecía bien.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Emma Montemayor