Un alarido me anuncia hoy
que un muerto más ha caído.
Mi ciudad se derrumba,
revienta
en una tormenta de sal.
Las voces que ayer ardían
implorando justicia,
se rinden hoy
ante las cenizas
de tantas promesas calcinadas.
El fervor de mi gente
se ha tornado en temor.
Los días de encanto
quedaron atrás.
El cielo que ayer fue azul
hoy no tiene color
(hasta los ángeles huyeron).
Son tantas las montañas desmoronándose,
no puedo con el dolor de mis hombros.
Leslie Way